miércoles, 23 de octubre de 2024

Un caos en el reflejo para un rostro sin nombre

 

Un caos en el reflejo para un rostro sin nombre

 

 

Y ahora que la desolación se volvió la fragancia de mi irrealidad, ¿qué camino debo tomar?...

Cuando las páginas de mi vida se vuelvan edén de alguna vacuidad…

Cuando las preguntas que acumulo son polvo de mis tristezas y decepciones…

Parece que las canas solo crecen en la tierra de la negación, cubriendo la pradera de los sueños olvidados y esas raíces de árboles de terquedad que se aferran a la necesidad de ser una serendipia, de alguna fabula memorable de milagrosa suerte aventurera…

 

Parece que la mística de mi vida se fue, en una nota de blues que alardea de su dolor cuando la línea del recuerdo le toca la misma petición, que calumnia la razón de existir sin querer pasar por las columnas del dolor y la muerte de un aprendizaje eterno con textura de sabiduría…

 

Una vida inmarcesible del caos y su luz de inconciencia, digna de la lattice de su comprensión anidada en capas de sugestión que adormecen, las ganas de despertar y vivir…

 

Le niego la voz a la fuerza de vivir

Le oculto a la verdad, el sendero que debo pasar

Le pinto a la dualidad un rostro sin reflejo, sin extremos de su límite para unificar una idea egoica en su matiz deformada y proscrita…

 


Teniendo todo y nada las formas se repiten y aunque comprendo que debería de soltarlas, las ato a una mayor para que el uróboros se vuelva un ciclón que mueva mi incomprensión a la línea de la vida como razón…

 

Desatando tormenta y desierto en mi memoria, como las formas en que veo las olas de la vida, unidas para formar mi propia corriente de ríos de egeo…

 

Olvido y ensueño para la nota de un blues que resuene en la calma de quien no quiere despertar…

 

¿Qué voy hacer?, si la calma  se volvió una prisión que repite una y otra vez el ciclo de un fracaso que se adorna a sí misma como intentos de negar la voz creadora, que acompaña el canto de la línea del tiempo…

 

Fingiendo crear coplas disonantes que olvidan el principio de la renovación.

 

Una Guadaña sin filo, que no acomete en cortar lo que tiene que cortar…

Una puñalada en la espalda de ningún inocente…

Una traición en la verdad de ninguna verdad…

Una máscara en ningún rostro que disfrace un rostro…

Una calumnia para ninguna verdad…

Una carta que no acompañe ningún motivo para algún destinatario…

 

Una forma más para ser un anciano sin recuerdo y olvido.

 

Parece que la ensoñación se volvió un reflejo que olvido el rostro de una imagen que no me recuerda de donde partió, el dolor que convoco la dureza de su efímera forma de verse a sí misma, real y verdadera, opuesta a la coraza del necio que acumula en los bolsillos prestamos de besos y alegrías que codicia, cuando la llama implosionó en su intento por brillar…

 

Una forma más para caminar sin huellas que llenen el pasado, ocultando el fuego de la muerte para ser eterno a cambio de una renovación controlada y equilibrada.

 

Fuegos que calumnian la calma de la desolación…

Fuegos que no renuevan la madera podrida de la negación…

Fuegos que no mezclan el azogue de las emociones…

Fuegos que no limpian, el exceso de ser uno y más sin la fuerza del ánima por abandonar su inmarcesible forma de existir…

 

 

Y ahora que la desolación se volvió la fragancia de mi irrealidad, ¿qué camino debo tomar?...

Cuando las páginas de mi vida se vuelvan edén de alguna vacuidad…

Cuando las preguntas que acumulo son polvo de mis tristezas y decepciones…

Parece que mi vida solo se acumula en las hojas que se pierden el instante de caer antes que el viento las mueva, para abandonar su vieja piel de serpiente y renovar su aullido en mi voz

Lamento de un alma en su clímax por su inanición…

 

Parece que las canas solo crecen en la tierra de la negación, cubriendo la pradera de los sueños olvidados y esas raíces de árboles de terquedad que se aferran a la necesidad de ser una serendipia, de alguna fabula memorable de milagrosa suerte aventurera…

 

Un caos en el reflejo para un rostro sin nombre…

 

 

                                                                                                                      x W.M.

 

 

lunes, 29 de julio de 2024

LA DESOLACION


 

LA DESOLACION

 

De donde proviene el vacío de mi inspiración?...

Es un sentir que se acumula hasta no poder contenerse y quedarse en una interrogante que aclama por ser expuesta al vacío de su naturaleza y cuando más me doy cuenta que ella existe, más vacío me siento…

 

La efímera libertad me lleva a exponerla como una fuerza que exclama por si misma su vitalidad…

La de existir cuando la proclamas, pero las palabras se vuelven lapidas que postergan su existencia, la misma fuerza que la hace existir la consume hasta volverla una vacuidad, que genera mi indecisión…

Ella es la verdad que mi vida la presenta como la fuerza de la creatividad, el azogue donde fluye el lenguaje universal de las artes.

Y su letargo la cadena que la pospone por la inconciencia de mí sentir, en una batalla que envejece mi ánima, cansada de repetir las mismas escenas que la falta de inocencia la devuelve como vacío, en una pregunta que no halla respuesta en una voz apagada por la imaginación estéril sin vibración…

 

Que es la desolación?

 

Si acaso la brisa en silencio que ejecuta la calma de la calamidad, o el invierno que recrea una pausa en su danza, al dejar caer sin tiempo la perpetuidad de una llama que no apaga la fuerza de su caos…

 

O solo el letargo de no girar como el mundo exige en su respuesta de acción y reacción, para el reflejo de una vida con consecuencias.

 

La pausa después de la coma y el inevitable retomar de un silencio que las palabras se atropellan por visualizar el camino, que no define la visión del aliento del poeta…

 

El segundo incomodo cuando la verdad desviste como tal la careta de una vida fingida y la cruda realidad de dejar de ser actor cuando las luces apagan el único segundo de tu única sonrisa maquillada de interpretaciones arrendadas a la causa de muchos y nunca propios…

 

Libretos del alma que se deslizan sobre el reflejo como gotas de lluvia sobre el único escenario que nunca pudiste controlar…

 

O solo talvez la pausa inmérita del pintor que queda vacío de color, sobre un lienzo que se perturba por el blanco de su brillo cuando las manos no recuerdan más movimientos que girar en círculos la paleta y la mente cansada de repetir las memorias sobre la improvisación de la imagen que ahora no puede ser captada ni visualizada.

Una imagen sin resolver a la autocorrección de su proscrita realidad…

 

O talvez el silencio que queda cuando las manos no pueden interpretar más sonidos que el instrumento calla.

Cuando la mente sin ideas deja de consolar el ritmo y la partidura, ahora tan complejas que el sonido se vuelve una sepultura de ritmos y vibraciones que no recuerdan nada más que grillos en vidrio destrozando un ritmo repetitivo que denigra el compás y la armonía…

 

Más allá de tu incomprensión, solo existe el silencio y algo más…

 

Y aun así sigue resonando hasta alcanzar su velocidad donde revoluciona su factor exponencial, sin ser medido llega a donde deba de vibrar, aunque no lo vieras venir, una causa para una razón, razón sin duda, el silencio para la pausa y el sin color apagados por la música y la danza sin repetición…

De donde proviene el vacío de mi inspiración?...

Es un sentir que se acumula hasta no poder contenerse y quedarse en una interrogante que aclama por ser expuesta al vacío de su naturaleza y cuando más me doy cuenta que ella existe, más vacío me siento…

 

Repitiendo la necedad en argumentos sin composición, la fragancia de la desolación, un instinto para no perder la locura cuando por fin observamos la falta de cordura que no combinamos para entender el camino sin ida y vuelta…

La danza que clama la inspiración contada de una final que no fue final….

 

De donde proviene el vacío de mi inspiración?...

Es un sentir que se acumula hasta no poder contenerse y quedarse en una interrogante que aclama por ser expuesta al vacío de su naturaleza y cuando más me doy cuenta que ella existe, más vacío me siento…

 

                                                                                                          x. W.M.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

miércoles, 26 de junio de 2024

El lobo que no sabía aullar (para Diego)

 

El lobo que no sabía aullar  (para Diego)

 

No vio cuando la luz de la luna ilumino su noche, ni tampoco cuando el alba cayo de pronto, solo un silencio atrapado en un eco sin voz…

 

No vio cuando la mano que lo sostenía, lo acaricio… ni escucho su voz cuando le dijo con sutileza bienvenido a este mundo…



 

No vio el instante de la vida brillar, cuando la fuerza de un corazón retumbo hasta hacerlo llorar, cuando la vibra del calor lo abrazo para que se impusiera en él la esencia de su anima ungida en coros de canción…

 

No vio la alegría de las miradas, cuando voltearon a verlo con las ganas de hacerlo vibrar para que sus luminarias se volvieran fuego en la perpetuidad de sus instantes inocentes y inciertos…

 

Mudo en un mundo con silencios opacos y detenidos momentos que solo él podría confundir con soledad de imágenes cortadas sin continuidad…

 

Alzo con extrañeza la mirada preguntándose, porque todos solo parecían estar quietos en fragmentos que no fluían, sino que avanzaban como pausados en un mundo donde la vida es solo una serie de imágenes que cortadas se muestran como fotografías en un torpe movimiento.

 

Se preguntó si el mundo sería así, demorando su voz en pronunciarse, cuando el sonido se detiene y luego se proyecta dando saltos en la voz muda y el sonido después…

 

Que paso con la rigidez de este mundo?

 

Será que las formas se detienen cuando las miro?

 

Será que la voz de los lobos al aullar solo son coros pausados que no fluyen en mi recuerdo?

 

Decidió ver con más calma, lo que fluía a su alrededor y entendió que la mejor forma de acelerar el tiempo era agitar con furia sus pequeñas manos, para que así si él apurase el destino y el mundo giraría por fin, como lo hacían en sus recuerdos…

 

Y aunque por instantes parecía que lo lograba, las miradas de los demás se detenían a juzgarlo, asustándose por el impacto brutal con que la ira de los demás, lo azoto por querer tener el mismo ritmo que la vida lo pauso.

 

Contemplo con curiosidad el paisaje de su corazón y se dio cuenta que él no era el del problema, sino que el mundo giraba más lento que sus sueños proyectados en un canto sin voz…

 

Contemplo que el mundo estaba detenido al ver caer la lluvia en un ritmo de pausas, pero que la lagrima que derramo se deslizaba normal por sus mejillas…

 

Contemplo que los dibujos que hacia tenían la fluidez de lo que la imaginación fluía en el, y que los colores no sufrían de pausas, sino que llenaban el vacío de este mundo que andaba pausado sin ninguna razón…

 

Contemplo que sus juegos en muñecos y bloques no eran afectados por la resiliencia del que padecía su alrededor…

 

Y Contemplo más, cuando el que se hacía llamar su padre, lo lastimó por no sentir como el sentía el mundo de su acelerada forma de ir y venir cuando sus pisadas de lobo no dejaban huellas después de caminar, sino que lo hacían después que sus gritos se hacían escuchar …

 

Pero qué curioso es el canto de la incomprensión, se contradice antes de si quiera entender su propio error…

 

Así entendió que el tiempo para él, estaba pausado y que la forma de vivir es mejor sonreír y después abrazar, el pasado eterno que ahora se volvía a ratos su presente en un mundo donde el futuro no era más, que una imagen que se dibujaba lenta y acelerada en su magnitud.

 

Pero de tanto andar su corazón se llenó de dolor, y creyó que solo era el destino que le tocaría vivir, aislado y sin poder comprender, porque la gente no le entendía lo que su corazón ansiaba en silencio…

 

Solo el mundo de sus sueños parecía escapar de la letanía de su realidad, porque en ella la vida fluía tan rápida que decidió vivir allí y nunca regresar…

 

Hasta que una noche escucho el aullido de un lobo, que imploraba su nombre.

Curioso por ver el eco de esa voz, asomo la mirada hacia ese lugar…

 

Avanzo danzando sobre las gotas detenidas en el aire, saltando de una en una, agarrándose de una nube y flotando sobre las hojas que se movían pausadas.

Grito y se divertía sabiendo que segundos después su voz se escuchaba.

Agito con fuerza sus brazos para dejar una estela de viento que después de unos segundos se volvía ráfaga de brisa.

Y cayó en el suelo donde vio las pisadas de un lobo.

Pero no lo hallo, voltio de lado a lado.

Y pensó que solo era la alucinación de este mundo.

 

Hasta que detrás de él, un bramido de viento le soplo en el cuello.

Vio al animal acercarse con la fluidez que su mente imagino todo el tiempo.

Inclinándose ante él, le hizo una venia.

El viejo lobo le dijo.

Por fin te encontré, ahora entiendo que no estabas perdido. Solo estabas detenido.

Y era necesario verte en pausas para contemplar que tu mundo esta rígido, y que los demás no entendemos por qué pareces estar ausente.

Decidí ese mismo día.

Hablar en ecos y sumergirme en tu vibración.

Mirando la luna entendí, que la luz que viene de ella, hace una pausa. Como observándote y en ese instante descubrí que esa pausa eras tú.

 

La parte que faltaba en mi corazón.

Ahora montaras en mi lomo y te guiare sobre la sombra que proyecta la incomprensión.

Entendiendo que las palabras para ti, siempre son pequeñas líneas de tiempo que podemos juntar para hacer puentes, y crear portales donde podamos ver el mundo sin leyes.

Desafiando las rígidas formas conque los demás forman sus realidades…

 

El latido de tu corazón tenía ese ritmo que siempre me gusto. Un eco y un silencio, el idioma donde los seres con corazón de ángeles, contemplan la vida de la luna.

Convirtiendo cada instante en fragmentos eternos, donde las palabras son el anclaje al que ahora nos sostenemos, para detener el instante en perpetuos recuerdos, que podemos acelerar para que suenen rítmicos y bellos, en nuestros silencios.

 

Como tú el único lobezno que no sabe aullar.

No porque no puedas, sino porque tu aullido va desde el canto de tu anima directo a una luna que solo tú puedas contemplar…

 

Ahora sostente de esta pausa que juntos lo hemos creado para avanzar, sin pasar por el tiempo, siendo libres en la malla que el presente, pasado y futuro, no puede sostener.

 

En ese aullido que tu voz es la única que puede crear, como un poema proscrito echo para ser entendido por los que tenemos el corazón en fuego detenido de este mundo maravilloso de ser rígidos, con el caos de la normalidad en nuestras cabezas…

Como nubes que se detienen y observan como rasgamos la línea del tiempo…

Ecos y aullidos de la voz del lobezno que no sabía aullar…

 

 

No vio cuando la luz de la luna ilumino su noche, ni tampoco cuando el alba cayo de pronto, solo un silencio atrapado en un eco sin voz…

 

No vio cuando la mano que lo sostenía, lo acaricio… ni escucho su voz cuando le dijo con sutileza bienvenido a este mundo…

 

No vio el instante de la vida brillar, cuando la fuerza de un corazón retumbo hasta hacerlo llorar, cuando la vibra del calor lo abrazo para que se impusiera en él la esencia de su anima ungida en coros de canción…

 

No vio la alegría de las miradas, cuando voltearon a verlo con las ganas de hacerlo vibrar para que sus luminarias se volvieran fuego en la perpetuidad de sus instantes inocentes y inciertos…

 

Como nubes que se detienen y observan cómo se rasga la línea del tiempo…

 

Ecos y aullidos de la voz del único lobezno que no sabía aullar y aprendió a cantar…

 

 

 

                                                                           X W.M.