viernes, 4 de febrero de 2022

El Secreto de la Duda

 

El Secreto de la Duda

 

 

Me he vuelto a ver en mi reflejo, buscando reconocer la imagen que en ella se retrata, buscando algo que distinga…

 

Ese mundo perdido, donde mi mente se refugia…

 

Un rasgo, un detalle que revele el hilo del amo, que orquesta mi vida.

Un eco o bullicio que aclame la pregunta que perturba mi pensamiento…

 

Algo en los ojos que permita distinguir si mi fantasía es solo una ilusión de mi cabeza, o una pesadilla que reinicia cada día, mientras las sensaciones se vuelven vacías…

 

He tenido la arrogancia de sentirme único y especial, en medio de las ideas banales que el mundo dispone para los que duermen…

 

Y he contemplado como me desvanezco en medio de ellos, al ser devorado por el vacío de la ignorancia.

Del olvidarme de mi mismo para causar vacuidad en mi vida…

 

Pero solo es el silencio de esta realidad, la que se implosiona dentro de mi alma, como dolor y soledad que hace que pierda el recuerdo de lo que soy, o lo que he sido…

 

Busco respuestas sobre preguntas que aún no he formulado, pero que he pronunciado en silencio, cuando la tristeza me toca en mi templanza de la rutina y el conformismo…

 

Buscando entender, he confundido todo lo que se, encerrando en recuerdos cada parte de mí, para que cuando abra la puerta de ellos, sienta que al verlo de nuevo es otra forma de volver a sentir inspiración.

Aunque reinicie cada memoria de estos sentimientos, en todos los que pueda escoger y volver a sentirlos como nuevos…

 

Pero me he extraviado en el camino, y al ir husmeando mis propios secretos me he llenado de miedo.

Al ver los horrores que habitan en mi interior.

Y busco en el reflejo de este espejo, poder ver sus rostros o acaso algo que los distinga de su máscara de hipocresía, de su irrealidad, de mi propia mentira…

 

No sé si logro distinguir la imagen que mis ojos observan, o es el necio que habita en mí, que juega conmigo a confundir mi perturbado momento.

Pero he sentido como a veces el velo de la fantasía, se desgarra y por unos breves momentos, ver mi vida proyectada, como si pudiese oírla toda desde una imagen en mi pensamiento…

 

Y aun así existir, reaccionando a mí mismo, al que oculta, al que sonríe, al que adula, al que cura…

 

Mi imagen baila consigo misma cuando las emociones la cubren de su fantasía.

Aunque perdidas digan siempre lo mismo de mí, aunque ocultando sus intenciones con una falsa seguridad que me recuerda a algunas ironías que mis labios recuerdan al sonreír…

 

Cuál es el propósito?...

 

Si no pudiera recordarme a cada instante, que el reflejo, que mis ojos sienten es el de mi rostro, no me reconocería en el exterior.

 

Porque cuando me veo, me cuesta entender, Quien es ese?...

Es como estar perdido cuando siento que soy yo el que se observa a sí mismo.

 

Hipócrita!, solo siento un susurro en mí, presumir de su cautiva lucidez.

Al ver que lo descubro, actuando, fingiendo ser algo que no es…

 

A veces huyo de las fotografías y retratos porque entiendo que, eso que observo; No soy yo en esta versión.

 

Prefiero dejar de ver a saber lo que soy…

Aunque ese no sea yo…

 

Como cruzamos de un bucle de negación a una asombro continuo de la incertidumbre?...

 

Recuerdo la soledad de niño y también la calma que me ofrecía la idea de no ser visto, actuando entre las sombras, reaccionando a los secretos que el incognito te podía ofrecer.

Al no poder ser yo, que conflicto causaría a mi exterior?...

 

La perturbada idea de vibrar en felicidad como único faro que deberíamos alcanzar, me fatigo!, la idea de ser una polilla que tuviera que volar hasta luz fingida era caótica…

 

No he pretendido ver el mundo con altanería, ni querer que la calamidad la abrase. Pero la gente!, Oh…

Esa gente llena de perturbación mi espacio interior…

 

Aunque con ello me sentencio a mí mismo, al vivir en una negación que limita mis alas a seguir su curso natural…

 

Si el viento se negase a ser viento; Que esperanza tendríamos de una brisa?.

Si el necio se negase a su necedad?, entonces que sería?...

Aún más necio no?.

 

Lo que con tanta fuerza niegas es lo que más afirmas, y un silencio deja de serlo, cuando él se pregunta por el silencio a su alrededor.

Y el pensamiento devela la onda que ha de tener.

Es decir, el resultado de un pensamiento es una proyección, que deseamos para el reflejo de una sensación.

Y la sensación, es su melodía, donde las cuerdas fijas de la proyección, exclaman su sentir de vida.

Una melodía que extravié, y ahora el bullicio de mi disonancia vibra arrítmicamente con mi reflejo.

Y he confundido la identidad de él, con fracciones de su imagen…

 

Como he llegado aquí?...

 

A este punto donde la quietud distrae, la sensación de calma con el ojo de la tormenta?...

 

Me he pausado y he echado la llave de esta celda a un rio, que he olvidado como se llama ni donde queda.

Y mientras el mundo no perturbe mi melodía, es mejor esconder el sendero para que no entre nadie, ni tormentas de miedo.

Ni luz, ni gente que hable.

 

Quiero que la sorpresa acabe!, Que la calma sea eterna!.

Que la vida siga ese rio del Leteo, donde las animas olvidan, donde la decepción es una hipocresía de un arcoíris, que no traiciona ni engaña de ilusiones la vida…

 

Pero algo perturba mi quietud…

 

Mientras pienso en el reflejo que mis ojos observan, un pensamiento me perturba.

 

Es la duda…

 

El verdadero vacío de una verdad!.

La indecisión que muestra una elección!, una que lleva en sí, una respuesta programada, la corrección de los invalores de la negación…

 

El correctivo para evitar una dualidad.

La calumnia de la libre decisión…

El chantaje de la libertad!.

El verdadero rostro de la fiera dormida.

La ignorancia!... en su ilusión…

 

La incógnita en sí misma, que atemoriza al tiempo, cuando este fracciona su vivir en partes paralelas, que vuelan en direcciones opuestas, secuestradas en una pausa que perturba el presente.

Mi presente…

 

Mi duda, que se niega a ser dirigida a un mundo de quietud y sin perturbación…

 

Al ver mi reflejo, algo mas actúa al sentirse observado.  

Sobre saber…

 

Quién soy?...

 

Sobre entender que cosas unen la fractura del reflejo, en una sola imagen que mi mente pueda leer…

 

Sobre la verdad que va más allá de una idea.

Sobre lo que espero ser…

 

Es en el silencio donde puedo unir los pedazos que quedan de mí, y como un alfarero, sellar sus fracturas en un eco que se repite en el pensamiento…

 

Quién soy?...

 

Esa pregunta es suficiente para vibrar en todas las estancias que mi mente abrió. Como cajas. Y en cada una de ellas una llave se manifiesta, para cada puerta que el observador decida abrir.

Una observación que se proyecta desde el reflejo de un espejo, a un hombre que aún no sabe que está allí viviendo, su propia pausa en su presente eterno…

 

Y si la respuesta es un: “no sé”…

No importa en lo más mínimo.

Ya es suficiente para afirmar.

Que mi duda me hace sentir aún más vivo de lo que olvido, porque no pretendo descifrar la respuesta, ya que cada puerta tiene todas las versiones infinitas que puedo ser.

Que aún no decido ser, que fantaseo y elijo.

Las más equivocadas, las más caóticas, las menos claras y oscilantes.

Las más desfiguradas que la tormenta de mis miedos defiende, de mis torturadores.

Mis vacíos mentales. El pequeño espacio, que no se llena entre cada pensamiento,

La masa negra que es el silencio entre los silencios.

Pero tan necesario para crear limites, que impidan que superpongan un reflejo encima de mi otro reflejo.

Evitando las conexiones de todas mis versiones…

 

Pero ese Vacío los conecta!, aunque no sabemos bien cómo usarlo…

Pero ese vacío los une!, acaso como el acto que me llevo a mantener mi mirada secuestrada en el reflejo?.

Acaso como la sensación de volverte el observador de tu propia vida.

Acaso como la duda que se filtra y avanza hasta corregir su designio?...

 

Me he vuelto a ver en mi reflejo, buscando reconocer la imagen que en ella se retrata, buscando algo que distinga…

 

Ese mundo perdido, donde mi mente se refugia…

 

Un rasgo, un detalle que revele el hilo del amo, que orquesta mi vida.

Un eco o bullicio que aclame la pregunta que perturba mi pensamiento…

 

Algo en los ojos que permita distinguir si mi fantasía es solo una ilusión de mi cabeza, o una pesadilla que reinicia cada día, mientras las sensaciones se vuelven vacías…

 

Quién soy?...

La duda, el vacío y la pregunta…

 

                                                                                                          X W.M.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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