Muros de Dolor
En silencio la nube va reparando una noche que de
estrellas se quedó solo con el recuerdo de una historia lejana de un sueño que
el niño dejo sin terminar…
Me pregunto cuál fue esa historia?
Me pregunto que moustro robo su sonrisa al final de su
canción…
Soledad es el camino que se transita con las manos
abiertas
Contemplando en la mirada una nube sin estrellas que contemplar…
Con palabras hirientes en todo cuanto se susurra.
Para dar pausas a las notas de una vida que se detiene
a cargar culpas de una historia que no tuvo elección para cualquiera, ni para
estas ganas que se quedaron con las ganas de que reprocharte…
Y mi inventario de recuerdos se va quedando tan vacío
de alguna alegría que pueda recordarte, fuiste la razón para que no pueda ser.
La agonía para tener que sentir que el conformismo no
era otra cosa que una sonrisa para evitar el dolor de existir porque si…
Y aunque la vida te movió de todo lo que tú pudiste
aferrarte, tu traición no pudo borrar
una cosa…
La que te detiene para poder sentir, algo por otra
persona
La que te conmueve cuando la lagrima cae por cualquier
rostro
La del extraño, la del más cercano.
Tu herencia fue una violencia que no tenía más sentido
que en tu voz sin piedad.
De tu corazón de piedra.
De tu estar sin estar en cualquier momento que la necesidad
te requirió…
De tu bohemia sin libertad de adornar más allá de tu
mano pesada sobre la autoestima de propios con tu intercambio de dolor por
disciplina…
Y no me veas así, si ahora eres tú el que padece la lejanía
de cualquiera, dale la bienvenida a tu herencia.
La muda ironía de tu vida…
De más está pensar que el perdón no fue la columna de
tu enseñanza
Que la verdad de las cosas se sobrescribía sobre las
absurdas ideas que tus actos dejaron como muros de dolor para ser contemplados
cuando uno cierra los ojos al verte existir…
Y si me fui
quedando sin ánimos fue porque decidí no intentar estar cerca de tu sombra, ni
de todo lo que te recordase
Cruel manera como me enseñaste a decir Papa.
Fue esa noche cuando las nubes dejaron un retazo sin
colorear, cuando abrí los ojos y pude contemplar aquel niño llorar…
Fui tras de él como el rayo que cae cuando la lluvia está
más en su fulgor
Lo recogí para apartarlo de ti.
Fueron mis abrazos los que le dieron consuelo a su
dolor
Fue mi voz la que consoló su aflicción
Y fue cuando él me compartió su corazón
Mudo testigo del poeta que ahora se volvió, en un
lugar donde tu herencia ya no le hará más daño…
Así fue que nació en cuna de lobos el alter ego de una
vida cercenada de cualquier presente que traiga el consuelo de una muerte…
Fue así que tu solo fuiste un muro de dolor y él una
nube que deambula reparando todo lo que tu dejaste sin estrellas que contemplar…
De más está decir que la vergüenza se volvió una
aliada cuando las historias perdidas se volvieron a encontrar un buen día,
cuando tú dormías en tu agonizada vida…
Fue la mejor forma de partir sin que quede heridas que
decir
Fuiste tú quien provoco que el mejor pudiera ser más
que tú…
Las noches pasan sin dejar historias que contar en las
fogatas que la vida contempla cuando el alma se encuentra sola…
Las horas vuelven al círculo de la vida que se
camuflan entre alegrías y memorias dejando tras de sí pedazos de ese
rompecabezas que forma parte mi corazón.
No hubo secuelas en las verdades que mi niño interior descubrió,
fueron las mías que colorearon ese paisaje que adornaste con muros de dolor lo
que ahora oculto para no sentir lo que me vuelve a ti un hijo sin amor…
Más tarde que existir
Más tarde que vivir
No habrá más que decir…
Fue el niño en mí el que nació sin decir, no hay miedo
aquí.
Fue una noche cuando la vida se confabulo con la ironía
de tu pasado cuando me abrió la puerta a una ventana que nunca deje abierta
Y por ella se coló todo el color, cuando oí por
primera vez
Al propio mío nacer.
Con llantos mudos sin experiencias negras que
traspasen su vida, sin espadas ni melancolías.
La vida me anuncio al pequeño que me nació…
Mi corazón se unió, al que ahora lo protejo de todo lo
que tu pasado hizo daño.
De todo cuanto la muerte, te infundio sobre el abrazo
que dejaste pasar por vivir tu vida como una brisa que no empuja ninguno de los
molinos que, son el motor de estas alegrías que calientan la sangre del que
vive en la primera línea del existir, formando huracanes que lo impulse a volar
cuando la vida se lo declame…
De todo lo que olvidaste porque tu blasfemia fue la
carta de honor que tuviste como excusa para dejarnos presa de la muerte.
De todo lo que fingiste camuflándote sobre caretas de
honor y soberbia que no hicieron más que develar la verdadera forma de tu mente…
Fuiste tú…
El causante que ahora no quiera ser nada de lo que
fuiste tú…
Soledad es el camino que se transita con las manos
abiertas
Contemplando en la mirada una nube sin estrellas que contemplar…
Con palabras hirientes en todo cuanto se susurra.
Con latidos que se apagan con cada recuerdo que el
silencio clama…
Para dar pausas a las notas de una vida que se detiene
a cargar culpas de una historia que no tuvo elección para cualquiera, ni para
estas ganas que se quedaron con las ganas de que reprocharte…
X
W.M.
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