La Huida
de B
Te regale 100 poemas y tu ninguna
pintura
te dedique una verdad y un sueño que no atrajera nada más que un boceto de tu fantasía... y tú me declaraste la guerra con dudas pintadas de un carmín que anunciaba tu partida sin partir con un adiós...
Como un leve suspiro de un nos volveremos a ver…
Te traje un corazón de piedra del que late por cada lava sin lágrimas que quiebren su oasis de ton y son por uno que andaba quebrándose por tambores extraños...
te dedique una verdad y un sueño que no atrajera nada más que un boceto de tu fantasía... y tú me declaraste la guerra con dudas pintadas de un carmín que anunciaba tu partida sin partir con un adiós...
Como un leve suspiro de un nos volveremos a ver…
Te traje un corazón de piedra del que late por cada lava sin lágrimas que quiebren su oasis de ton y son por uno que andaba quebrándose por tambores extraños...
Y tu dedicaste un corazón de colibrí
que se agitaba y paraba por cada precipitación que la ira reaccionaria lo
estimulaba para que cuando se acabe la cuerda.
Una fría traición le diera más
vuelta para seguir imitando la fragancia de la lealtad.
Te dedique un trono sin reina y una corona sin rey… y tú un puesto de deudas prestadas sin cobrar con una garantía de vinagre al que lo quiera aplazar...
Te dedique el perdón envuelto en una cinta de tul; que no guarda caja de pandoras libre y dispuesto para abrirse con cada huracán de una traición, quebrantada en la sala de esperas de la esperanza... y tu un soneto de si no me matas no moriré por ti. Ni por la piedad, ni por lo que hiciste... sino por la fecha que yo decida escribir en mi libro de albedrio sin fin.
Te dedique mi tiempo y mi fantasía con cada copa que servía en una copa que no esperaba al labio que lo deseara para brindar, solo para quedarse para conocernos una y otra vez en una cita que el tiempo no puso fin... y tú me dedicaste una mesa sin copas con velas que chispeaban para una noche cualquiera cuando las ganas se te ocurriesen para vernos después que tus asuntos dijeran que era momento de escuchar lo que no quieres esperar...
Y aunque todo fue una aventura sin título ni final, más quedo en mi tertulia las cartas no abiertas pero que traían tus memorias perdidas de amor, con otro escritor que balbuceaba sin pronunciar su nombre, contando una historia no contada de tu actuar sin actriz cómplice, de tus delirios emocionales…
Te dedique un trono sin reina y una corona sin rey… y tú un puesto de deudas prestadas sin cobrar con una garantía de vinagre al que lo quiera aplazar...
Te dedique el perdón envuelto en una cinta de tul; que no guarda caja de pandoras libre y dispuesto para abrirse con cada huracán de una traición, quebrantada en la sala de esperas de la esperanza... y tu un soneto de si no me matas no moriré por ti. Ni por la piedad, ni por lo que hiciste... sino por la fecha que yo decida escribir en mi libro de albedrio sin fin.
Te dedique mi tiempo y mi fantasía con cada copa que servía en una copa que no esperaba al labio que lo deseara para brindar, solo para quedarse para conocernos una y otra vez en una cita que el tiempo no puso fin... y tú me dedicaste una mesa sin copas con velas que chispeaban para una noche cualquiera cuando las ganas se te ocurriesen para vernos después que tus asuntos dijeran que era momento de escuchar lo que no quieres esperar...
Y aunque todo fue una aventura sin título ni final, más quedo en mi tertulia las cartas no abiertas pero que traían tus memorias perdidas de amor, con otro escritor que balbuceaba sin pronunciar su nombre, contando una historia no contada de tu actuar sin actriz cómplice, de tus delirios emocionales…
Copas mal servidas en dos amantes sin intenciones, besos fugaces que la noche guarda para ponerle fondo musical de cualquier canción triste...
Y aunque no puse fin al coloquio del amor deje que sonara hasta el final, esta vieja rocola que aprieta el paso con cada salto que me recuerda tu abrazo y tu beso, que afina tan mal con la melodía que dejaste después, de huir sin capitular…
Tu otra traición la que la
pequeña caja musical no abrió…
Cuando le di cuerda porque tu corazón
no sabe decir adiós...
Peor para mi corazón que ahora guarda sin saber los celos de una llave que tu cuerpo dejo en las sabanas de mi cama a media habitar.
Solo una gota de luna en las caras tristes de estos reflejos que se pierden con cada minuto que huiste....
Decidí con premura ponerle nombre a esta canción de huida…
Peor para mi corazón que ahora guarda sin saber los celos de una llave que tu cuerpo dejo en las sabanas de mi cama a media habitar.
Solo una gota de luna en las caras tristes de estos reflejos que se pierden con cada minuto que huiste....
Decidí con premura ponerle nombre a esta canción de huida…
Pero tu fantasma fue tan libre
que la prisión de un recuerdo no lo detuvo, para seguir así hasta el final de
cualquier final que hoy escribes...
Con otro nombre con otro hombre, que las memorias de ella no saben olvidar.
Presa del pánico decidió cubrir con carmín una copa antes de partir…
x
W.M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario