Memorias de un Roble a punto de Nacer
En islotes lejanos de sabiduría un hombre dejo sus
palabras como naufragas que buscaban consuelo de tanto de sí mismo.
Agitando los vientos de toda conciencia…
Se atrevió a persuadir a sus tormentas que sin perder
tiempo partieron a atormentar cada silencio que escondió de sus misterios.
De los volcanes que aun ardiendo fluían…
De los silencios que dedico a aquella…
De los jirones de flores que decoro la vida…
De los misereres de pasión que agitaron el clima de su
isla paradisiaca…
De todo cuanto pudo oler a ella….
De la sangre de fuego que en otrora tiempo pudo
controlar a su antojo.
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A dejar tras de sí recuerdos que el pudiera reconocer
cuando ellas se enfriaran hasta volverse pisadas de piedra en invierno o verano…
Pero olvido que el sendero de la muerte no retrata
estelas de vanidad…
La voz en su interior pregunto por todas partes si aún
él estaba listo
Para abandonar toda marca de felicidad que el
forastero tatuó en toda su isla…
Recordó la imagen de ella, y en un titubeo una lagrima
tímida cerco su rostro hasta volverlo un aroma de éter todo pensamiento que del
surgía…
Y pensó nuevamente en todo lo que el soñó y recordó que
él había despertado más antes de lo debido…
anónimo.
No digas que no lo sabias.
No cuando tus mentiras fueron las cicatrices que yo
limpie de tus dudas atrevidas
Está bien si marchas como viniste
Al cabo tú y yo sabíamos que la moraleja iba ser
extraña para ambos
Recuerda soñadora que la belleza es una llama que
pinta mejor nuestros rostros cuando la palabra vive por ambos lados de la ironía
de desear al otro felicidad…
Puede ser que la razón tuya sirvió de consuelo para la
agonía de un cometa que restauro la vida en todo lo que tocaste
Puede ser que la vitrina donde detuviste las penas de
una letanía alivio la carga de tus lágrimas.
Puede ser que tus intentos fueron columnas de soporte
para tu historia
Puede ser que tu animo descargo la presión de mil
lagrimas que no se volvieron canción.
Puede ser que tu estrella ilumino la oscuridad de
tantas indecisiones…
Para abrazar el latido de tu amor inagotable…
Del bing bang de tu deseo ardiente que resucito el
valor de una promesa temerosa…
Pero…
Pasará que el viejo decida por algo que nunca se atrevió
Pasará que la lluvia cambie de curso para volverse
sequedad en otras nubes
Pasará que la flor que contuvo el color de una esencia
decida marchitarse antes que la luz la llene de vida
Pasará que una verdad se vuelva mentira para tormentos
Pasará que la gracia se resigne a la vanidad de un
pecado
Pasará que un hombre se encuentre con la otra cara de
su temor.
Pasará que un corazón repudie lo que lo volvió una
estrella fulgurante…
Pasará lo que tu certeza aposto y perdió por una
cordura latente.
Y en todo ello una idea que no la viste venir fecundo
como una semilla que, sin permiso eligió una vida en medio de tantas indecisiones.
Fue en enero cuando el levante surgió y llevaba tras
de sí una promesa de alguien que con fundamentos escogió una parte de ti, para
seguir.
Traía en sus bolsillos tormentas y ciclones que maduraron
en las palabras las tuyas, que escondieron sus valores de aquellos frívolos capataces.
Los que levantaron en peso tus sueños como un
terremoto.
Que en sus glorias quebraron todo sueño para impostar
una verdad por otra verdad…
Un día cualquiera de tus manos tú diste vida a una
hoja que caía…
Sentías un fluir en tu corazón único y sin envidias y
te seguimos todos en tu gesto y aquella sensación se volvió un roble…
Desde ese entonces todos volvemos a cubrirnos con su
sombra
Nadie supo que fuiste tú el que lo pario…
Una vez un poeta que caminaba sin rumbo decidió
atracar sobre tu roble.
Arrancarle todo cuanto la belleza le sugería, pero el
viento le recordó que tú fuiste la matriz de todos los sueños de un pueblo que
sin memoria te juzgo…
Él era un encargo muy valioso con un peso de tristeza…
Con brillos de desconocido fulgor… con gracias para
todos los que dormimos en su sombra.
Una belleza para contemplar…
Un día cualquiera tú volvías en medio de huracanes
vociferando calumnias de un día difícil, todos alejaron sus piedras de tu
sombra…
Lanzaste una maldición a tus centauros y en medio una
planta que crecía te abrazaba con sus ramas aun en sombras cubrió tu vida con
su protección…
Dormida una madre en medio de su hijo con pequeño
destello.
Él lo sabía el poeta vio la hermosura de tu roble…
Te regalo un aire y un silbido para tu hijo que
vibraba como una estrella irradiando fuerza y locura en su sin sabor….
Las noches sin dormir fueron largas pero el roble ya
estaba expuesto…
Cubrió el llano con su manto y dejo tras de ti flores
para que lo recordases solo son alientos de un pequeño llamando en tiempos difíciles,
la fuerza de una princesa creciendo en un corazón de roble…
Desde entonces todo cuanto surge se cubre de verde en
cuanto pisas
Se encantadora y protectora de tu roble….
Replica el viento y el ágape de toda ceremonia cubra
la vida que se te dio…
Aun en la soledad se puede admirar la belleza de la
piedra antes de nacer.
Sé un magisterio en todos tus intentos.
Un roble crece en astrales sobre el fundamento de un
mundo de columnas de realidad
Se alza sobre los hombros…
Los lobos aúllan su porvenir y una noche que enamora a
un poeta de extraño porvenir le dedico una verdad de tantas noches
Una canción que revolvió su verso de tantas noches sin
dormir le acerca a una cuando y un como de todavía existir…
Como no iba a recordarte que el paisaje a todos nos pasó
una vez.
Solo se recuerda a acosta de una cicatriz de toda
prueba que marca un comienzo de fuego.
Sobre la esencia sabía que ser el maestro de una llama
que se gesta se atreve a volverte sol de un pequeño….
Se abre los brazos de una vida para los que alientan
el corazón de fuego
Se el hierro que marca las espadas de todos los que
vibran en muerte….
Memorias
de un roble a punto de nacer…
X
W.M.
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