Canticos a la Luna (La muerte del Lobo)
Me pregunte si después de llegar a lo alto de
esta montaña,
la luz de esta luna acariciaría la tristeza que llevo dentro…
Si acaso en este silencio con bullicio a viento, las
complicaciones en mi mente se volverían brisa y se irían con la soledad de este
frio, con que las rocas forjan su paciencia a espera de algo que no han
respondido…
Todo alrededor esta desolado, abandonado; la noche y
sus estrellas solo parecen estar de paso, andando a un horizonte que nunca vi
llegar, las heridas de estas batallas solo han demostrado que las cicatrices se
vuelven en interiores que extravían mi cordura…
La furia y la ira solo han divido los pulsos de mi
anima, separando dualidades en juicios extremos de una misma esencia…
Y tanto esperando a una breve señal.
Fue tu llamado el que oí de lejos, y decidido a
escucharte acerque mi corazón a tu voz.
Guiado por el canto de mis hermanos.
Donde los lobos aúllan canciones y peticiones
proscritas, como oraciones que te piden consuelo para estos sueños sin
esperanzas…
Acaso escuchas?...
Las luces que forman los espíritus del bosque se pierden,
entre alucinaciones, visiones que el brujo anota y baila para capturar sus
recuerdos en canticos que el ánima desborda para mantener la flama de esa luz
encendida siempre…
Un esfuerzo por traer la esperanza hacia mi piel…
Cerrando los ojos para evitar la polvareda, pienso; si
el ocaso de una vida es el extremo de la vacuidad de las piedras.
Su muerte y mi vida.
Dos columnas que se alzan sin la intención de nadie,
que representan la dualidad de todas las cosas.
Veo a las demás ánimas que dañe, y a los que me hicieron
daño, siendo abatidos por las alas del buitre del rencor, saboreando su pico de
sangre.
Consumiendo la carroña que dejo, la soberbia y el
orgullo de la garra y la mano ejecutora…
Veo la calumnia y la mentira serpentear por entre los
cuerpos como la víbora que lleva su descontrol sobre los corazones de que antes
se profesaran amor. Guiados por los hijos del dolor y la angustia.
Abatidos por sus propios colmillos guiados por el espíritu
rojo de Seth.
Tanto dolor por el empuje de la fuerza de un corazón con
miedo…
Tanta duda por la dureza de una sonrisa de piedra
Tanta ansiedad por la falta de la paciencia que enseño
las flores…
Mientras más me abandono siento la fuerza del páramo
en mi interior, una conexión que me ata más a ti.
La magia de la noche… el corazón del bosque.
Y los susurros del viento.
La calma está inquieta, la mirada de la fiera se
vuelve aguda, cuando en el corazón el miedo atraviesa la más profunda de la vibración.
Recuerdo ver a esos humanos cantar en el centro de una
fogata, agitando el aire a su alrededor mientras se animan a guiar las batallas
pasadas y futuras, trayendo hacia si la fuerza de los espíritus…
Y yo aquí herido dejando morir mi cuerpo al frio
paramo de esta montaña.
Esta era la forma como el gran lobo guía los pasos de
los que fallecen?
La nieve cubre mi cuerpo de a poco, como si el abrazo
de la madre tierra consolara el llanto de mi alma…
Mi hocico esta frio y el pequeño vapor que se desprende
de el solo imitan imágenes de vidas alegres, triunfos perdidos en el eón de los
tiempos.
Estoy listo para abrazar el final que las rocas me
ofrecen!.
Al mirar hacia arriba exhalo por última vez el único canto
que el lobo puede pronunciar cuando el ánima esta lista a emprender su último
viaje.
Se oye como un eco, uno que avanza atravesando los
picos y descendiendo hasta el valle que atrapa mi voz como su voz…
No demoro mucho escuchar que otros lobos responden mi
canto, como si ellos anunciaran que uno de los suyos se despidiera por última
vez de este mundo…
Al mismo tiempo los humanos que danzan por las
praderas callan mientras oyen el último rezo del lobo, agitados y llenos de frenesí
alzan sus lanzas y gritan furiosos
Para exaltar la respuesta de la madre tierra.
Si este es el final porque no me respondes ahora que tú
me observas?.
La dualidad en mí, me hace pensar en los círculos eternos
que el alma repite para recrear la pasión y la tristeza…
Y a pesar que las dos se juntan veo como de su giro
una luz se proyecta hasta alcanzar el centro de una pequeña luz, una que vive
en todo y se proyecta a los demás en diversas formas….
El espíritu del oso, del alce, del cuervo, todos ellos
están allí.
Moldeando la fuerza de su luz, para ser llevada hasta
la anima que corresponda su guía y luz.
Y la mía como una fuerza misteriosa va a toda prisa
hacia el hombre que atravesó mi corazón con su lanza.
Y entonces comprendo ahora por sus ojos yo observo.
Ahora por su corazón yo siento…
Y ahora por sus palabras yo hablo.
En medio de sus sueños yo sueño
Y en medio de sus llantos yo lloro.
Me pregunte si después de llegar a lo alto de esta montaña,
la luz de esta luna acariciaría la tristeza que llevo dentro…
Si acaso en este silencio con bullicio a viento, las
complicaciones en mi mente se volverían brisa y se irían con la soledad de este
frio, con que las rocas forjan su paciencia a espera de algo que no han
respondido…
X
W.M.
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