miércoles, 20 de mayo de 2020

La Forja de un Corazón


La Forja de un Corazón

Pensar en una idea que da vueltas, es como una marea de arena que busca el viento para agitar el polvo de una duna que se resiste a moverse sin saber que se está moviendo…

La agitación de decirte lo importante que fuiste en mi vida es una manera de describir lo que no pude dar sin preocuparme de lo que viniera detrás, voces que lloran y otras que no describen la verdad de lo que ocultamos cuando el consuelo queda reducido en un monologo de sentencias que deambulan sin intenciones ecos con cada golpe que el martillo espera forjar sin describir lo que su humor dejó atrás…

Toma un nombre y vuelvo libre en todas las frases que quieras hacer, desata en ellas una línea de realidad y vuélvela a atormentar en la frecuencia con que decimos que esta sensación nos une a cada lazo que anudamos para saber que somos con ella, la misma hebra que nos asoma a una vida sin anudar.

Solo un hombre con la palabra triste que desaparece cada vez que alguien le pregunte que sientes hoy?...

No es la forma como deseamos quedar desprovistos de razones que nos vistan de dualidad, de extremos de acertada forma de definir la cordura cuando el corazón se irrita por soledad.

Es el hierro el que se diluye cuando la fragua lo vuelve suave con el rose de una marea de tormentos que lo disemina en las palabras que el apuntador de tu soledad martilla para sacarlo a la realidad de la realidad….
Que golpea con cada pausa para pulir la impureza de su acierto, de su pureza en un corazón triste…
En la idea desnuda de verse a sí misma sin ser la verdadera forma en la que tomara su conciencia y sin cimentar el filo de su crudeza o algo parecido a su verdad…

Consultando en papeles de olvido, descarto lo que las voces dicen y vuelven a surgir, en cantos cuando la noche en su alba describen lo que ocultamos, lo que los coyotes aúllan y que solo esos corazones heridos pueden oír cuando el hombre forja su verdad…
Y vuelven los ecos de la noche a describir que tan solo tú lo pudiste lograr…
Y no importa si no tienes razón o sentido tus palabras mientras la canción se repite igual en la intención de formar la voluntad de ser un hombre al dar forma a la fragua donde el hierro se devuelve igual a la terquedad….

Si quisiera devolver algo a la vida, que sea esas cosas que no pude contener en cada golpe que el hierro descarto de tu filo, lo que el resumen de mi corazón, no pego en tu ser.
Solo lo absurdo de ser el forjador de destierros en tu paz…

Y aun así la forma de tu corazón se resistió a la dureza de un resentimiento, como si tu material ofreciera otra forma perfecta de unir el caos y el orden en una hoguera que no resume de excesos y dolor…

El yunque perfecto de tu tambor, el justo golpe donde tu razón es frecuencia exacta del taller de un dios…

Y los años con sentencias vendrán a purgar el frio, y en el agua tu amor resistirá lo que mi metal quebró en su filo su acierto… tu llenaras la distancia de ser un hombre a algo más que un metal de hierro o algo más que un hombre de verdad…

Retumba entonces en cada golpe que tu anima resista por cada golpe que el tiempo ejecute con tu temple, solo el verdadero metal oirá lo que el corazón acierte sin ser el, el eco de una tormenta de estragos y reclamos que la vida se rinda al filo de la armonía donde tu espada sea siempre la que haga silencio en la funda de tu conciencia y tu silencio al bullicio de mi taller de mi tormento de soledad…

La agitación de decirte lo importante que fuiste en mi vida es una manera de describir lo que no pude dar sin preocuparme de lo que viniera detrás, voces que lloran y otras que no describen la verdad de lo que ocultamos cuando el consuelo queda reducido en un monologo de sentencias que deambulan sin intenciones ecos con cada golpe que el martillo espera forjar sin describir lo que su humor dejó atrás…

Cuando el corazón se tiempla, ni el agua puede romper el equilibrio de la locura de ser llanto y grito de guerra al unísono en el sonido del roció, al amanecer, ni en el silencio de los labios cuando el beso viene después o la lagrima en el filo del azogue del herrero al forjar…

Un corazón al temple de la vida, una locura en los versos de un soñador…

                                                                       X W.M.














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