Hoguera
y una Verdad
Un
día vendrá el fin de todos los días, cuando las palabras queden mudas y el
silencio de los corazones reine en todo lo alto, lo reconocerás.
No
será distinto del que llevas por dentro. Y aún más encandilado que los fuegos
de las paredes que no visitaste cuando el corazón duerme el beso. Que no
pudiste dar…
Tranquilo…
Soledad
no es la primera vez que devuelvo esa copa tras de ti.
Yo
te quise, siempre que tu no venias, yo siempre pude robar un sueño para ti…
La
piel que llevas es la misma que retrate cuando nadie quiso pintarte.
Y
aun así no se fundió, el deseo en el velo de la realidad.
No
importa qué más da…
Dónde
estás?...
La
soledad no es el camino que elegí. Es solo la sombra que acompaña el misterio
de la elección.
El
residuo de un valor que agito las ganas de ser, una vez más un intento.
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Esa
mancha que se retrató en tu alma no es una duda…
Esa
angustia que se envuelve en un latir, no es un suspiro…
Esa
lagrima que se escapa no es una voz intentando decir porque.
Es
solo la consecuencia de una luz sin oscuridad.
Un
día sin su noche astral.
Voy
de oriente al poniente, de la constelación de Orión hacia las pléyades.
Rezando
sobre voces que no oyen razones.
Alquilando
risas para no dimitir sobre mí sentir.
Es
la rapsodia de la quietud de un corazón que amo y no le correspondió.
Alquimia
de cualquier mago que olvido cerrar el círculo.
Soy
la voz de los que no ven la firma de su contrapartida.
Soy
el camino de cualquier abismo.
La
agonía que clama en el fin…
El
pergamino que se quemó sin tu elección
La
extraña mañana que arrebato cualquier amor. En la plenitud de cualquier sol de mediodía.
Yo
me imagine caminando sobre prados y con el viento puesto en mí.
Atravesando
las 7 columnas de la razón.
Incendiando
los candelabros de los 7 reyes en mi interior.
Triunfando
sobre todas las espadas rotas de cada duda.
Calibrando
el miedo, tejiendo los hilos del destino.
Pero
allí fue donde aprendí, que la lucha no era en las puertas de una decepción.
Sino
en cada paso que di.
De
cara me di contra la única razón.
La
que no aclama la que otros esperan que hagas por ti.
La
que no espera que despiertes, empieza por ahí.
Me
serví de la mesa de otros y sobre ellos dormí, para robar sus sueños por otros
sueños…
Ira
fue lo que me llevo a ser el único que sembró tormentos en mis bolsillos.
Soy
la voz que Gaia llevo de los altares a las cloacas del deseo y la exageración
Soy
la sal que quemo la herida de mil batallas.
Bienvenido
seas entonces al desierto de los que esperan.
El
sol ya se oscureció. La noche se agito y la verdad se ocultó.
No
hay ilusión en la carencia.
No
hay esperanza en la fragancia de esta duda.
Y
cuando la noche caiga más allá de su seno, el centro se agitara.
Las
ganas se devolverán, la cortina de lo real caerá y la magia de lo que pensabas
que estaba muerto volverá.
Sobre
las puertas de la gran ciudad los hornos se prenderán un humo te dará la señal,
es tiempo de empezar. Es tu hoguera y todo lo que está ya no importa más.
Se
valiente camina sin dolor. Cada paso lleva la frente en alto.
Cada
insulto es solo un intento más para no llegar.
Camina
alto pinta de fuego cada lagrima que el sol sepa que tu estas lleno de eso que
ilumina el infierno de su edén.
No
intentes ver por el hombro lo que dejaste atrás.
Es
solo ilusión lo que tu corazón grita…
La
verdad del camino reside en lo que no puedes descifrar
El
vacío llena más de lo que imaginas
La
mano abierta lleva siempre su propia esperanza.
Clamara
el viento sobre su cantar, desvelara la lluvia todo lo que la ansiedad cubrió.
Las
aguas renacerán sobre el desierto.
Y
las espigas volverán a iluminar el camino hacia el sol…
Cada
palabra que cubrió de sombra tu ánima se abrirá como una respuesta para tu alma
cansada.
Entonces
veras que tan vacío no estabas
Entonces
de darás cuenta, que es solo maya.
Una
ilusión sobre otra ilusión.
Abre
al fuego las puertas y quema tu cuerpo en el
Abre
las 7 puertas deja que la plenitud lleve su tormento hacia ti.
La
serpiente crecerá y la duda cederá…
El
centauro cantara y la flauta de Orión cantara una vez más
Una
voz se oirá desde lejos y un grito de tu corazón dirá lo que no pudiste decir.
Pues
no hay más caída después de la tormenta.
Podrán
todas las razones enterar tu cantar
Podrán
todas las sombras dormir tu luz
Podrán
todas las culpas atemorizar tu valor
Pero
no calmaran el fuego en tu interior…
Si
supieras cuantas veces te espere…
Si
supieras cuantas veces pronuncie tu beso en el susurro de tus labios.
Si
supieras cuantas veces clame por tus manos en la piel de mis deseos.
Veras
que no hubo acertijos en mi corazón
Clamo
al fuego para sembrar y el humo le enseño que la semilla estaba naciendo en su
senil
Pidió
agua para calmar la sed y en la saciedad descubrió que no había carencia.
Entonces
cerró la mano para no pedir de más…
Y
muchas fueron las que le brindaron apoyo y regocijo.
Y
sin decir nada se alejó de todo cuanto le recordase que era ser.
Eso
que él deseaba que naciera en su interior.
X
W.M.
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