sábado, 19 de noviembre de 2011

Razones para aclarar lo que no se puede hablar


Razones para aclarar lo que no se puede hablar

 

 

Si despiertas y volvieras la mirada atrás, verías como las pausas acompañarían tus pasos que dejaste de caminar por ver el mundo, con los ojos de un hombre que soñó a soñar...

 

No pretendas que yo, pueda decir cosas que no van, cuando tus recuerdos transitan en pasos que no ven el mundo desde tu libertad... sé que siempre fui el cautivo, que acompaño tus silencios, sin que los pidieses que se quedaran para cubrir todas las cosas que ocultabas en el reverso de tus ojos…

En el no dar, para recibir de algún extraño que se tomó a pelo, el derecho de ser tu buen compañero; que dejase en libertad la luna negra, que inmole cuando las arenas de todo lo que se escribe, sonara para ti en susurros de ser un anima que vive sin prestamos, la culpa de los errores que yo olvide, para que tu reinado fuera una vida más normal...

 

No pretendas que ahora finja, ser más comprensivo cuando la sombra que viví junto a ti, no reflejara igual el sol, que ahora te ilumina como un ser que olvida todo aquello, que te causo una demora a tus metas de locuras ansiedades o como lo llamen los que aplaudían un carpe diem de vanidades, que coleccionan con las tristezas de los que te admiran.

 

No pretendas aclarar que fui yo, el que escogió este incierto de esperar a que algo sobrenatural ocurriese, para llevar todo lo que paso como una vida civilizada, que se funde sin querer en el desgaste, que una piedra vive cuando el mar la dobla hasta volverla parte suya; una que no será una memoria que se desvanece en el ocaso de una lagrima, que se derrama sin que nadie la pida y que  igual muestra un sollozo de pasión...

 

De todas formas volvería a presentar, el pasado de tu vida como un algo que no se desvanece en el juego, de ser alguien que es escogido para devorar corazones, por el vicio de elegir ser siempre el protagonista de muchas historias que alguien más contara...

 

Ya soy viejo, para querer imitar a un Fausto que por incauto cuenta su historia al anverso de lo que un buen Mefisto timo!.  Sé que siempre fui contigo aquel, que no pedía nada ni siquiera la verdad de todo lo que se dejó, en buenas intenciones y que ahora son la cláusula, que atormenta el insomnio de mis mañanas...

 

Sé que al final el día alumbrara, sin importar cuán oscuro fue la gloria, que no pude lograr establecer al rayo mortal, de este eclipse que nubla la razón y la cordura de mis alientos de vivir, por un día que aclarase la misma vocación de decir, sin más miedos mi ansiada libertad...

 

De todas formas,  fui el cómplice que guardo con recelo los secretos, que tu bondadosa y corrupta bondad amaso, en mis aceptaciones. Tan solo, para ver el reflejo de tus ojos brillar, cuando sabía que ellos, por alguna razón me miraban a mí y no a los fantasmas que acompañaron el lecho de nuestra poligamia nupcial. Sin más reclamos, que un te espero…

A que vuelvas de tu conversión de cordura y culpa, para abrazar tu alma inquieta, que cansada de agitar la quietud de tu mundo volátil, la transmutaba para devolvértela, como un intento no fallido de tus ganas de siempre ganar...

 

Quien más que yo, para recitar el éxtasis de tu caos, que me devolvió de alguna forma a la vida patética, de lo que acostumbra la gente, que va sin más memorias, que la pausada monotonía de querer imitar los sueños inspiradores de tu manos cansadas y tu deseo de querer ser abrazada; por este extraño que acepto la culpa de todos los errores, tan solo para ser un fantasma, que viviese en el último párrafo de tu beso prohibido, de tu corazón disconforme y las suplicas de la ingenuidad, de volvernos todos seres que acumulan inocencia a cambio de condonación de nuestras secretas pasiones voluptuosas…

 

Siempre tendrás a este cómplice, que transformaría cualquier exceso, tan solo para que pidieses en un segundo de razón:

 

De razones para aclarar lo que no se puede hablar...

 

De momentos que no entienden de pausas de incomprensión…

 

De verdades a cuenta gotas para un no querer culpar…

 

De motivaciones para esconder secretas ambiciones…

 

De falsas verdades para medias mentiras de locura diplomacia…

 

De no esperar para luego decir cuando te vas…

 

De no hay lagrimas para decir una sonrisa a medio llorar…

 

De no abrazarte para decir necesito sentirte un poco mas…

 

De no culparte para decirte que hay más en lo que no dije…

 

De un no te quiero para decirte que te necesito para culparte…

 

De un no olvidare para querer luego tu insomnio de recuérdame…

 

De un todo, no te quiero ver…

 

Para abrazar un pergamino de pasiones, que deambulan solas en las culpas, de un no te quiero dejar así...

 

Tan solo razones para aclarar lo que no se puede hablar

 

Y que este cómplice, facilitaba el monologo de tus locuras ansiedades

 

Tan solo...

 

Tan solo…

 

 

 

                                                                                                                x W.M.

 


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