Tambores de Guerra (la segunda huida de B)
Si pudieras ver toda la furia contenida en los tambores de guerra que
quedaron sepultados bajo las ruinas de un castillo derretido por la traición
Y el dolor de mil sueños sin nacer…
Escucharías las gritos de cientos de dragones que alzaron sus fuegos en columnas
de nubes que ahora cubren la ciénaga de esta tierra abandonada a su sueño
olvidado.
Una promesa que se pronunció como un eco en la lejanía para llamar a la
vida que aún le quedaba para dar…
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Un canto para morir en las cenizas de los dioses.
Y en las lenguas de fuego de mil dragones.
Pero no hay obituario para los amores proscritos.
Solo chispas de ilusión en las cuencas de la forja del herrero donde se
mezcla las impurezas y las virtudes de antiguas almas guerreras que en otrora
tiempo fueron los espíritus de estas espadas.
Solo hay iras de hilo que se separan de la maza de fuego que se presiona
con cada golpe que el destino prepara para la templanza de un espíritu forjado
en las fauces de un dragón de hierro que escupe almas con lágrimas de hierro en
sus líneas de destino…
Un eco que se pronuncia de un sol que cae en la noche naciente contempla
el nacimiento de un alma guerrera destinada a partir sin clemencia en una ciénaga
de muertos olvidados ya hace mil eones.
Es tu suspiro el que aviva la brasa que une este mundo con el otro y tu
hedor el carbón que alimenta la pasión de este perdón sin culpas.
Donde quedo tu recuerdo por él?
Donde buscaste cuando olvidaste la espada huyendo sin rumbo a la
seguridad de un ayer?
Donde el sol te brillara? si en tu frente llevas el mismo sello de un Caín
que ocultaste para no perder la cabeza frente a tu traición.
Si tu pasado es testigo de tu palabra favorita…
Vives huyendo sin más huellas que las mismas que dejaste en otrora
tiempo
Cuando saliste espantada al ver al Fenrir celta posarse frente a ti…
No vivirás sobre la sombra de un lobo herido
Si fue tu puñal el que adorna su pecho ahora…
Es la muerte de un día la que contemplo la derrota de este ejército de
intenciones que sucumbieron cuando la duda de tu armadura te canso para no
seguir más allá de las líneas de la amargura.
Fue ahí cuando al voltear viste a tus hermanos y hermanas ser devorados
por los colmillos de tu traición.
El demonio se llamó miedo y el secuaz fue tu duda la que permitió que
mil hombres cayeran bajo el martillo de un dios soberbio aun cuando el lobo
fenrir volteo para esperar de ti un blandir de tu voluntad…
No hubo más que un silencio y una mirada indiferente…
Mientras la daga de la desidia atravesaba el pecho de él…
Huiste sin mirar atrás dejando el bullicio de mil pensamientos y voces a
un día en tu vida donde los recuerdos carecen de sol…
No vivirás sobre la sombra de un lobo herido
Si fue tu puñal el que adorna su pecho ahora…
Si pudieras ver toda la furia contenida en los tambores de guerra que
quedaron sepultados bajo las ruinas de un castillo derretido por la traición
Y el dolor de mil sueños sin nacer…
Escucharías las gritos de cientos de dragones que alzaron sus fuegos en columnas
de nubes que ahora cubren la ciénaga de esta tierra abandonada a su sueño
olvidado.
Una promesa que se pronunció como un eco en la lejanía para llamar a la
vida que aún le quedaba para dar…
Una palabra que fuera única para unir estos reinos que abandonaron su
suerte para cruzar una línea de no retorno.
Un canto para morir en las cenizas de los dioses.
Y en las lenguas de fuego de mil dragones.
X
W.M.