domingo, 6 de noviembre de 2016

Duerme mi niño

Duerme mi niño

Duerme mi niño
Duerme que ahora el viento se vuelve silencio en tu voz
Duerme que ahora el gigante durmió tras tus sueños
Duerme que el día se vuelve algodón en tus manos
Y en los pies tuyos donde se quedan las huellas de los que caminan
Con intenciones de corazones puros…
Duerme intención ahora que el corazón se me vuelve
Lava en la piel, en la que tocaste mi rostro para
Encenderme en un abrazo cuando tu fuego
Quemo mi calma cuando tus ojos me dicen
En silencio, cuanto te quiero porque solo estés aquí cerca
De lo más cerca que se pueda estar…
De esa línea que divide la lejanía de lo real
Donde los aires se vuelven huracanes cuando tu suspiro
Me quiebra aquí en la piedra, de mi coraza de dragón dormido
De ese lobo atolondrado que juega contigo
A ser más que un ser…
Un ente que llena tu vida de algodón y azúcar
De sueños de caricias en tus brazos de toro
Que se aferran a lo nuevo y curioso…
Que tus ojos descubren en un mundo lleno de misterio
Y ensueño.
Cuando yo lo decoro de ese filo de lo peligroso con su lado más noble
Que tu ensueño lo dibuja en su aventura de ver lo nuevo que se debe ver…

Duerme mi niño ahora que los minutos no nos escuchan
Ahora que los peluches no nos miran
Que la oveja duerme tranquila y el carro de pita queda quieto tras tu mano fiera
Que lo agito cuando te cambie el juego por una leche en tu panza de bebe
Después de jugar a ser puma, después de jugar a ser todo el aire que se dobla
Al verte venir por entender que tú eres más que un príncipe en la tierra
De la fantasía donde yo vigilo como esfinge de piedra, el orden
Donde los sueños circulan danzando al son de tu voz
De ese idioma que solo el suspiro de las hadas entienden cuando
Recitas su verso a cualquier esquina que solo el corazón entrenado en fantasía
Sabe captar…
Duerme arquitecto de ensueños donde los lirios y el arcoíris se desdibujan a la orden de tu mandato…
Cuando diriges el juego que solo las estrellas entienden.
Cuando los cubos y los peluches defienden el mundo de tu fantasía…
Cuando en medio de toda tu poesía aparece el lobo vestido de mendigo de sueños para organizar el tiempo de la fantasía por la realidad
A la voz de cambiar el pañal…
Esa pausa que tú reniegas cuando pongo en vacuidad toda vida
De ese lugar que solo tú puedes manipular…

Duerme mi niño ahora que los demás tus juguetes descansan
Cansados de andar por tanta vida que tú le das…
Ahora que las sombras de toda las palabras se acurrucan en tus sonidos primarios
De esos que los duendes recitan cuando cantan a la luna sonrojada
Por esa mirada que tú le coqueteas y que yo como lobo celoso
Con seriedad le mando esa provocación con un rugido fierro con dientes y colmillos violentos por si acaso te vaya a robar…
Porque mi mandato es ser tu protector.

Un ente entre tu mundo y el suyo…
El que llega apurado para velar por tu sueño y el mundo desierto que te espera al crecer.
El mismo que se inventa curas cuando estas enfermo
El que te dice que nada es malo hasta que no vea una lagrima tuya brotar
El que soporta como titan el peso de esa maleta tuya con todo tu sequito de cosas que has de necesitar y que hasta ahora no entiendo porque cargo ese gusano de plástico que al final siempre lo desprecias pero no soportas que no esté cuando tú lo mandas a llamar para luego ignorar…
El mismo que te carga junto con las ropas de príncipe que has de usar, los cincuenta pañales que gastas y las demás baratijas que no has de usar y los demás personajes que solo tú puedes nombrar.
El mismo que no duerme cuando tú te mueves como huracán para luego perseguirte con esa sabana que no soportas en tu cuerpo
Talvez por ese corazón de estrella que llevas dentro y que yo ya apague por esta vida peleada que no quiero que te golpee y prefiero sus palos en mi espalda a algún desprecio que ella te vaya a mandar…

Duerme mi niño. Duerme ahora que la noche esta joven, ahora que todo queda en silencio que ya te he esperado a que hagas ese ritual, esa extraña danza de agitar los brazos y los pies cuando ya más de uno casi siempre sin que lo quieras te las arreglas para siempre apuntarme a la cara y con resignación suspiro mientras te veo por fin cerrar ese ojo de fuego que solo tú puedes apagar…

                                                                                                          X W.M.